viernes, 20 de junio de 2014

Casa Félix, el azar y ¿quién se ha robado mi queso?

Por cosas del destino ("cosas del destino" suena mucho mejor que decir "por aquello de que el Bar Piscis estaba a reventar"), he recalado en Casa Félix dos veces en los últimos quince días.  Así que esta crónica podría ser una u otra, pero para hacer justicia, haré un recuento de las dos visitas. 

Casa Félix es una casa de comidas grande con mesas y sillas de madera, manteles de papel que ocupan toda la mesa y que terminan siempre increíblemente guarros y una carta muy variada con especialidad en torradas. Jamás he comido una torrada aquí porque mis amigos son básicamente tapeadores y yo no quiero pasar por una pérfida egoísta que pide platos para no compartir. Sin embargo, echando un ojo a mesas aledañas, lo menos que puedo decir es que tienen buena pinta.  De hecho, en la primera visita de las dos últimas que hice, me pareció que tenían una estupendísima pinta y estuve a punto de abalanzarme sobre la de atún y anchoas del señor de la mesa de junto pero también estuve a punto de lanzarme sobre el brazo de mi amiga porque tardaron una barbaridad en atendernos.

Las dos veces he ido en viernes. Un viernes estaba a reventar y nos acomodaron en la última mesa que quedaba libre, allí un poco apretaditos sin llegar a la incomodidad. Nos tomaron la orden, nos trajeron la primera cerveza y pasaron una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete semanaaaaas... porque ese es el tiempo que uno siente que pasa cuando es viernes por la noche, ya es muy tarde y te estás saboreando lo que de antemano sabes que será bueno. Pues nada, otra ronda de cervezas esta vez acompañadas de olivas. Cada ronda va acompañada de platito de olivas pero en la ronda anterior la olvidaron y eso hubiera sido por lo menos un placebo de cortesía. 

Cuando llegó la comida, la devoramos con fruición. Toda buena, excepto... ¡oh, decepción! los pinchos. Y digo decepción porque son famosetes en este lugar y lamentablemente estaban un poco crudos por el centro. Lo demás, muy bueno: espárragos a la plancha, choricitos, bravas y queso.Las bravas, correctas sin que el alioli sea nada del otro mundo, pero la patata está debidamente confitada. Suavecita por dentro y casi a punto de lo crujiente por fuera. 

El último viernes que estuve ahí el servicio fue súper rápido, amable (no es que la vez pasada fueran bordes pero sí iban a per feina sin florituras mediante) y pedimos bravas, choricitos, lacón, espárragos y queso. Todo bueno, el lacón bien, pero espero volver a encontrar un lacón como el que hacían en el Europark antes de que cambiaran de dueño. Y no he hablado del queso porque lo estoy reservando para un párrafo aparte.


Oda al queso 

El queso. Oh, me fascina este queso. Me mata, me enloquece. Lo demás es prescindible pero el queso merece un post aparte y un monumento. Cuando vas a Casa Félix con gente que no sabe, a veces dudan y tratan de hacerte cambiar de opinión y pedir otra cosa en pos del bien colectivo.  Pero insistes con el queso, te sales con la tuya y cuando los demás lo prueban tienes que tomar precauciones y llevarte un par de trozos al plato antes de que te quedes sin él. Sólido, persistente sin empalagar, lleno de matices y grasiento en la justa medida. Creo que es la mejor tapa de queso de Santa Coloma

Las instalaciones están bien cuidadas. Sobrias y con ese toque de comedor de la tía con bodegones y paisajes. Los baños limpios y la barra siempre con sus parroquianos de planta. El precio normal, acorde con la calidad. Ni se ahorra ni se derrocha, se paga lo justo. Félix detrás de la barra, por lo general bastante amable y comentando la situación: el fútbol, la crisis, el suceso de turno.  Un profesional.  Es uno de esos lugares a los que volveré una y otra vez, directamente o de rebote, aunque esté más o menos lleno, con muchos amigos o con uno nada más ... lo que se dice un clásico. 

Casa Felix
C/ Prat de la Riba 38
Horarios: No disponible.

2 comentarios:

  1. Saludos
    Buenos comentarios
    Y el bar Victoria en metro Santa Coloma¿Que tal és?

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  2. La próxima vez que vaya otra vez a Santa Coloma pasaré
    Me dan ganas de ir ya

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